El patrimonio cultural ha sido un concepto que a lo largo de la historia ha ido mutando. Sin embargo, generalmente se define como una construcción social basada en principios como la naturaleza, el pasado y la semiótica de diversos lenguajes, objetos o experiencias que constituyen las manifestaciones sociales. Dichos fenómenos establecen la creación de discursos de identidad e incluso, más recientemente con el capitalismo, legitiman la espectacularización de la realidad cultural con el fin de integrarla en los circuitos de consumo. No obstante, este patrimonio nos habla de nuestras sociedades y de la memoria y los conocimientos que podemos reconocer, conservar y transmitir.

​

Para Manuel Salge, profesor e investigador de la Universidad Externado de Colombia, el patrimonio es       .Dichas convenciones son respectivamente la Convención de 1972 y la Convención del 2003. En la primera, explica, se habla del patrimonio material, es decir, las construcciones, los lugares que tienen un valor por su pasado, por lo que simbolizan y por sus características formales. Mientras la convención del 2003 habla del patrimonio cultural inmaterial, en donde se plasman las manifestaciones artísticas, la culinaria, en síntesis, las formas de ser y estar en el mundo. En la actualidad, según Salge:       .Con el advenimiento de la revolución francesa y la creación del Estado Nación, la dinámica de declarar una acción o cosa patrimonio fue intervenida por un proceso específico de orden formal mediado por el Estado, tal como lo explica Salge:

​

Como es notorio, el profesor define el patrimonio como un acto y proceso administrativo, ya que tiene estrecha relación con los estados y es una acción que se declara. Proceso que resulta contraproducente ya que, como construcción social de la memoria, el patrimonio debería ser determinado por las mismas comunidades. El docente Salge explica los diferentes niveles de la memoria (colectiva, individual, sobre hechos pasados y presentes) resaltando la importancia y profundidad de las memorias del presente

​

En comparación con esta perspectiva, para Juan Felipe Santos, restaurador de patrimonio documental, el patrimonio cultural es:    Por lo que su visión frente al concepto de patrimonio no es administrativo sino social,      .A partir de las dos visiones frente al concepto se hace evidente que el Estado es un agente importante en el proceso de establecer lo que podemos considerar patrimonio cultural. Como lo explica Salge, su rol es:    ,concuerdo en que la dinámica y parámetros de selección de manifestaciones culturales que buscan ser reconocidas como patrimonio deberían mutar a procesos más abstractos y menos limitados. Al tratarse de experiencias sociales individuales o comunes, es muy complejo encasillar dichas expresiones bajo modelos científicos o procedimentales no muy funcionales para las ciencias sociales.

​

Partiendo de que el cine es un registro audiovisual relacionado con relatos relevantes que tienen que ver con construcciones del lenguaje de la comunidad, existen varios productos de este arte que se consideran patrimonio, Salge nos explica su importancia:     .Mientras que, para Juan Felipe Santos, restaurador de patrimonio documental, lo que hace a una pieza audiovisual patrimonio cultural son tres aspectos: lo histórico, lo estético y el impacto social del producto.

​

De acuerdo con las opiniones anteriores, se intuye que el valor simbólico del cine está en generar un vínculo entre una comunidad y su memoria, dinámica que tiene por objetivo el cine comunitario. Es por este motivo que el cine comunitario debe hacer parte del patrimonio cultural, ya que visibiliza la cosmovisión de las comunidades con lenguajes y símbolos propios, con la finalidad de expresar y comunicar sus propios mensajes e interpretaciones de sí mismos. Juan Felipe Santos argumenta que está de acuerdo con esta idea, ya que el proceso de creación en sí refleja el esfuerzo de toda una comunidad por superar diversas barreras económicas, ambientales, de seguridad, etc. Para este académico, las dinámicas del audiovisual comercial tienen una estructura vertical, al ser una industria impulsada por el interés económico que reproduce unas estéticas también validas. Mientras que el cine comunitario:

​

Para Salge el cine comunitario debe considerarse patrimonio cultural porque        .El desarrollo de esta manera de hacer audiovisual es realizado de la gente para la gente, por lo que es la misma comunidad quien construye su memoria y es en esta dinámica que se hace patrimonio.      el anterior cuestionamiento sintetiza el debate y visión del presente artículo: el cine comunitario es una manera de hacer arte que combina las experiencias propias con un proceso de interiorización y proyección que genera un valor único y simbólico que solo las personas implicadas pueden establecer, al ser quienes atraviesan todo tipo de retos para realizar el producto. En este orden de ideas el patrimonio es la memoria construida por las comunidades y esa es la razón de ser del cine comunitario. Por lo que sus piezas y lugares también deberían hacer parte de las políticas públicas del Estado que debe velar por su protección, salvaguardia y promoción en el contexto de un país que necesita reconstruir la memoria y no olvidar su historia, una que puede llegar a ser contada por quienes realmente hacen el patrimonio: la comunidad.